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Hágase superhéroe

El Hombre Relámpago

¿Tu trabajo es aburrido? ¿Harto de sufrir los atascos matutinos? ¿Temes llevar la misma rutina dentro de unos años?. Puedes esperar a que te toque la lotería, pero como a veces este plan no resulta, te proponemos que cambies de vida: ¡hazte superhéroe!

Lección 1. Antes que nada: a lo mejor esos sucesos raros que ocurren en tu vida y que achacas a la casualidad, sólo esconden tus aptitudes superpoderiles. En tal caso, este curso te será más fácil de superar. Valga como ejemplo el testimonio de algunos de nuestros alumnos, que al hablar con nuestros especialistas, descubrieron su destino.

  • Felipe A. C.: Soy hijo adoptivo. Mis padres me encontraron abandonado dentro de un cráter de seis metros de diámetro intentando meter una oveja dentro de una hogaza de pan, mientras un pastor me daba garrotazos en la cocorota.
  • Venancio T. Q.: Hace algún tiempo me picó una garrapata cuando trabajaba en la central nuclear. Desde entonces cuando es de noche o está oscuro, mi cuerpo se convierte en un letrero luminoso que anuncia bebidas alcohólicas diversas.
  • Remigio H. H.: De pequeño me caí en una marmita llena de fabada y desde entonces me transporto a propulsión.

Lección 2. Pero no todos hemos tenido la suerte de cara. Así que hay que poner empeño en adquirir nuestros poderes:

  • Un día de tormenta, coge una antena y sal a la calle. Levanta alto la mano; con suerte te alcanzará un rayo que, casi seguro, te dará poderes infinitos sobre la electricidad, incluso más que Iberdrola.
  • La química suele dar buenos resultados. Prepara un brebaje a base de tequila, aguarrás, insecticida y sal gorda, pégale un buen trago y después mete la cabeza en el microondas. El resultado es imprevisible, pero si sales vivo de esa seguro que serás un ser invencible.
  • Pon un anuncio en alguna revista de ciencia (si encuentras alguna) demandando un científico, que reuna varias cualidades: malvado, genial, loco y, si es posible, calvo, que son los más resentidos contra la Humanidad. Una vez que lo encuentres, prométele el oro y el moro a cambio de que te convierta en un mutante, una mezcla de hombre, jabalí y cuervo, por ejemplo. Después denúncialo a la Sociedad Protectora de Animales y usa tus poderes para hacer el bien...

Lección 3. ¿Creías que esto iba a ser fácil? ¡Pues no! Te toca hacer una incursión en el mundo del corte y la confección:

  • No, no tienes que convertirte en un Balenciaga cualquiera. Pero te ahorrarás un pastón si te haces tu mismo los trajes de superhéroe, te lo aseguro. Además está el tema de mantener en secreto tu verdadera identidad; el sastre podría tomarte por loco si entras a su tienda y le dices que te borde en la capa "Zurdoman".
  • Otra opción interesante es hacerte con una de las creaciones de Ágata Ruiz de la Prada. En caso de dejar el oficio, siempre te servirá para llevarlo puesto en Carnavales.
  • Hagas lo que hagas, te pido por favor que el traje no sea rojo y azul, que ya está muy visto.

Lección 4. La vida de superhéroe está llena de emociones, pero nunca está de más tener un archienemigo a mano para poder justificar el sueldo:

  • Sí elegiste la tercera opción para adquirir tus poderes, no hay problema: un científico calvo es el supervillano perfecto según la última votación entre los superhéroes del hemisferio norte y tú ya te has ganado su enemistad. ¡Enhorabuena!
  • Una buena elección sería un extraterrestre. Pero ¡cuidado!, si sobrepasáis la decena de combates anuales, a tí te pueden acusar de xenofobia y al bicho casi seguro que lo deportan.
  • Un malvado dictador sería la leche. Pero a ver quien es el guapo que encuentra uno que esté libre, están ocupados con sus reuniones para conspirar contra el mundo, sus torturas, sus extorsiones...

Lección 5. Por último, una serie de recomendaciones generales.

  • Evite comentar a los colegas sus trucos para vencer a los enemigos y mucho menos sus puntos débiles (verbi gracia, kriptonita), los muy canallas pueden pasarse al lado oscuro en cualquier momento y hacerle la puñeta.
  • Si el alcalde le pide salvar a la ciudad más de dos veces al año, cóbrele un plus, que el muy cabrito después no hace la vista gorda cuando le multan a uno por aparcar en doble fila.
  • Vaya al dentista dos veces al año y revise su vista al menos una vez cada dos. Su salud se lo agradecerá.

23.01.2008. 10:05