Kagebe, la web desinformada

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Visita sorpresa

El humano de tiempos remotos

Parece ser que alguien se ha cansado de la calma, la tranquilidad y la placidez con que discurrí­a la semana en la organización y no se le ha ocurrido otra cosa que trastear con la máquina del tiempo del laboratorio. Ahora tenemos a un visitante del año de la catapún suelto por la ciudad con una antorcha en la mano y haciendo demostraciones de su invento, el fuego. Como caiga en manos de la SGAE y le coman el coco con eso de la creatividad, nos vemos en la pobreza total para pagar los derechos de autor. Además de la multa que nos va a caer porque el tí­o ya ha quemado dos gasolineras, una joyería, una clí­nica dental y un perro salchicha que tuvo la desdicha de cruzarse en su camino.

21.02.2008. 17:47

Fábula de la princesa y la rana

La princesa y la rana

Érase una vez una princesa que fue a por agua a la fuente; si hubiera necesitado vino, habría ido a la taberna, naturalmente. El caso es que llenó los tres cántaros que llevaba en su carrito y se disponía a marcharse cuando una voz la detuvo:

- ¡Eh! Se te ha olvidado pagarme. Dame una moneda de oro.

La princesa miró a su alrededor y no vio a nadie.

- ¡Aquí abajo! ¡Agacha la cabeza!

Cuando bajó la vista se encontró a una rana.

- Soy una princesa y nunca llevo dinero encima. Antes llevaba la Visa Classic, pero es que mi padre defraudó a Hacienda y nos han embargado. Fíjate que nos hemos quedado sin servicio y tengo que venir yo a por agua.

La rana dio un salto y se sentó en el hombro de la princesa.

- Bueno, entonces me pagarás con tus cuidados durante un mes. Serás mi criada particular.

La princesa se tocó la barbilla unos instantes y frunció el entrecejo.

- Oye, ranita... ¿Cómo que un pequeño anfibio como tú tiene una fuente en propiedad?

- Bueno, es una herencia. Mis abuelos me...

- Ya, ya... ¿Me enseñas algún documento que acredite que esto es tuyo? ¿La licencia de apertura de negocio? ¿O el visto bueno del Departamento de Sanidad?

- Pu-pues, yyy-yo, esstooo...

- ¿Así que crees que no tengo bastante con cuidar de un viejo inútil que además te quieres apuntar, no?

- Verás, princesa... Vale, te regalo el agua. Ven siempre que quieras y toma la que necesites.

- ¡Ah, de eso nada! Aquí te dejo el carro. Todos los días vendrás a dejarlo por la mañana en la puerta del palacio con los cántaros llenos de agua, y por las noches te los llevas vacíos... O te denuncio a la Cámara de Comercio del pueblo por llevar un negocio sin las licencias oportunas.

La princesa se marchó y la rana se puso a llorar. Saltó tras unos matorrales y regresó a la fuente con un libro.

- ¡Malditos "Cuentos Infantiles"! ¿Dónde demonios está el guión de lo que me acaba de pasar, dónde?

20.02.2008. 12:47

Locura transitoria

Salto peligroso

Anoche un perturbado saltó la tapia del zoo de la ciudad y se introdujo en el recinto de los buitres. El responsable del centro no parece preocupado: "Estas cosas ocurren con cierta frecuencia. Suelen ser brokers de la Bolsa, que cuando la cosa económica está muy revuelta, acuden a resguadarse con sus congéneres porque se sienten más seguros", afirmó mientras dos enfermeros recogían lo que quedaba del imprudente personaje.

19.02.2008. 10:45

Genio y figura

El peque

El pequeño Eleuterio ha ganado el Torneo Internacional de Niños Superdotados. Mientras los demás niños se dedicaban a descifrar enigmas enrevesados, a recitar los nombres de las ciudades más importantes de Europa, a competir en ajedrez o a escribir redacciones de más de cien palabras, nuestro infante se hizo amiguito de la hija del organizador del evento, el magnate Petrodolárez. "Tení­a dos piruletas, pero la de limón no me gustaba, así­ que se la regalé a una niña. Claro que no me importa que Anita vaya diciendo por ahí que es mi novia... Mientras que el imperio de su papá no se hunda, aguanto lo que sea", confesó el niño a un compañero de clase.

18.02.2008. 15:05